Big girls don´t cry...

...así que contuve la respiración. El brillar de mis ojos siempre acusa la primera lágrima, por lo que miré por la ventana y rogué para que al volver la vista al salón el reloj ya hubiera marcado la medianoche. Abracé a mi hermana, a mi padre y a mi madre, y luego a Nina Simona (envidiosa ella, no quería perderse la mejor parte de la velada; bueno, eso y comerse el corcho del cabernet que abrimos para la cena; y vale decir que luego intento embriagarse con un ponche de piña. Creo que cumplió su cometido, pues no escuchamos ladridos ni ronquidos perrunos en toda la noche) y finalmente, pero no menos importante, a Samuel, mi perro-ojos de aceituna.
...Luego los llamados teléfonicos con los amigos, los buenos deseos, etc., etc., etc,....

Pero no lloré, a pesar de que mi balance de fin de año arrojó más pasivos que activos; no lloré siquiera por el dolor de estómago que me afectó (¿sería por el exceso de comida?, ¿por la ingesta de alcohol?, ¿por los nervios y la ansiedad de no saber qué esperar para este año? No lo se, lo único que tengo claro es que las chicas grandes no lloran, no porque no quieran, o no puedan, o no sepan cómo hacerlo, por que vaya, si que sabemos (¿verdad Maru?) sino porque ya lloraron lo suficiente, y ahora es momento de empezar a vivir. (y sonreír)

Damas y Caballeros, amigos de acá y del otro lado del charco, los quiero un montón y los llevo en mis pensamientos todo el tiempo, y de corazón, espero que este año sea de éxitos y metas cumplidas, de trabajo y bienestar, de salud y sobretodo, de amor.

Diablos! Ya me hicieron llorar...

0 Oh la lás por aquí: