El teléfono

La última vez que visité a la siquiatra me recomendó no coger el teléfono cuando alguien de la oficina me llamara (ya les conté que ese trabajo y esa gente me tienen estresada y angustiada), la razón es que ella lo consideraba necesario para desconectarme totalmente de aquel tóxico ambiente y concentrarme en recuperar mi alegría y estabilizar mis nervios.
Yo, que soy una paciente obediente e incluso extremista, decidí no contestar ninguna llamada, a menos que se tratara de alguno de mis más íntimos amigos, cuyos números obviamente están registrados en mi móvil.
Hay una chica en la oficina, que podríamos tildar de seudo-amiga  (porque conoce mi historial, yo el de ella y compartimos chismes y alguna salida a almorzar...) Pues resulta que ésta chica me llama constantemente, anoche sin ir más lejos lo hizo dos veces, antenoche lo mismo, y al no recibir respuesta me envió un sms deseándome ánimos y tranquilidad... A veces tengo deseos de contestar su llamada, pero se que, entre charla y charla, deslizará sin querer algún comentario sobre lo que sucede en mi oficina o lo que se habla de mi... y no quiero eso. Para peor, mi búsqueda de trabajo nuevo ha resultado infructuosa. He enviado mi CV a cuanta oferta laboral relacionada con mi área he encontrado, pero... a veces ni siquiera responden para agradecer al menos el interés mostrado en el anuncio...
En fin, el lunes debo reincorporarme a la oficina, ya no quiero más licencia médica. 
Enfrentaré lo que venga como siempre lo he hecho, con la frente bien en alto.

2 Oh la lás por aquí:

bitdrain dijo...

Muchos animos y fuerza. Quizas lo mejor sea tomarselo con calma y mientras tanto ir buscando un cambio que te aleje de ese entorno danyino.

Un saludo y respira bien hondo ;)

Nat dijo...

Gracias David, se que probablemente debo tomarlo con calma, lo que pasa es que, con la personalidad que tengo, pues me cuesta, soy demasiado ansiosa. Pero seguiré buscando eh, no hay nada que pueda desanimarme en mi afán de encontrar otro trabajo!
Besos!