De paseo

El fin de semana pasado,  Fran y yo nos fuimos por la tarde al Jardín Botánico. Demás está decir que el sitio es precioso y que,  a pesar de estar dentro de la ciudad, es el  lugar ideal para desconectarse de todo. El día estaba soleado, caminamos mucho, hicimos fotos y terminamos la jornada escuchando a uno de mis artistas favoritos: el argentino Pedro Aznar. Estaba de gira por acá y lo invitaron al parque, para que cerrara  la Tercera Versión de las Temporadas Culturales de Primavera...  Lo teloneó el joven cantautor nacional Nano Stern de quien no tenía mucho conocimiento hasta ese momento, pero puedo decir que nos encantó.  Y él, Pedro Aznar,  no decepciona nunca. Es, en mi opinión, el artista argentino más sencillo y encantador (además de virtuoso) que ha dado esa tierra. Multiinstrumentista, compositor, arreglista, y dueño de una poderosa voz, Aznar ha hecho una carrera basada en su talento musical, y no  a costa de los escándalos con las casas discográficas, las drogas y el alcohol o los  (des)encuentros con la prensa. Les dejo con una de sus canciones más conocidas, y con algunas imágenes que capturé ese día...


...Cuando no tenía nada deseé
Cuando todo era ausencia esperé
Cuando tuve frío temblé
Cuando tuve coraje llamé...
Cuando llegó carta la abrí
...Cuando escuché a Prince bailé
Cuando el ojo brilló entendí
Cuando me crecieron alas volé...
Cuando me llamó allá fui
...Cuando me di cuenta estaba ahí
Cuando te encontré me perdí
En cuanto te vi me enamoré...















*Fotos mías y de Miss Fran











De todo hay...

en la villa del señor...

En mi oficina hay una chica, de 29 años de edad.  La llamaremos "K".
"K" es abogado y actualmente está haciendo un magister. Aún vive con sus padres, como yo, pero está de novia y éste verano se casa con el chico de su vida. Tiene auto propio y gana un muy buen sueldo. Sin mencionar que además trabaja en lo que estudió. 
Yo tengo 30 años de edad. Soy comunicadora audiovisual, tengo un postrado en guiones y también trabajo en radio. Aún vivo con mis padres y por el momento no tengo intenciones de salir de aquí, a menos que sea para viajar. No tengo novio, ni siquiera un prospecto y ni hablar de autos porque apenas uso bicicleta. No gano mal pero gano mucho menos que mi compañera, porque no soy abogado. Y además,  aún no encuentro el trabajo de mis sueños donde pueda realizarme profesionalmente.
Y aún así, soy mucho más feliz que ella.
¿Por qué?
Porque "K" vive pendiente del qué dirán. Está constantemente atenta a todos los rumores que circulan por nuestra oficina. Porque tiene pésima actitud y peor aún, pésima energía. "K" gasta dinero en ropa y zapatos pero nada le luce, porque es opaca. No tiene brillo propio. Y no lo digo de mala onda, sino porque se le nota y pareciera que cuánto más gasta en vestuario, menos de espíritu le queda. Además, para ser abogado titulada de una importante universidad, me parece que faltó a todas las clases de oratoria, porque no sabe expresarse, su tono de voz es agudo y chillón (y si, me desespera) y pobre, además tiene un pelo que parece paja oscura. Estoy segura de que los únicos libros que "K" alguna vez ha leído son aquellos relacionados con su carrera, y ojo, que una cosa es haberlos leído y otra muy distinta haberlos comprendido.
Y hay otra cosa que está comenzando a molestarme. He notado que a veces copia mis estilismos. Es decir, si un día yo llego a trabajar con un pañuelo al cuello, al día siguiente "K" usa uno.  La otra vez me pinté con esmalte rosado las uñas y ella llegó a los dos días con un color fucsia en sus manos. Ya se que es hilar muy fino y que quizás para muchos yo peque de egocéntrica, pero he visto cierta similitud en sus tenidas y las mías, y éstas similitudes han sido confirmadas por un par de compañeros que también lo han notado.
Tengo un amigo que  tampoco la soporta, y para peor, el pobre la tiene todo el día  a su lado porque sus escritorios están próximos uno del otro y además, siendo éste chico también abogado, con más años y experiencia que ella, debe  escuchar cada una de las consultas/tonterías que "K" le hace. 
Nada más hace unos días estuvimos riéndonos porque yo (que tengo mi lado cruel y perverso también) hago un imitación casi perfecta de su caminar y modulación. Mis amigos lloraban de tanta risa  y mi  reinterpretación de las preguntas bobas que "K" suele hacer quedó registrado en la memoria de los que allí estábamos. 

En fin, la chica me cae mal, eso está claro, ¿no? Pero tengo que relacionarme con ella a nivel profesional y aunque lo intento,  más de alguna vez mientras la escucho hablar, lo único que quiero agarrarla del cuello y ahorcarla, por estúpida, chillona y envidiosa. 
No sabe contestar el teléfono, trata mal a los clientes, camina como si recién se hubiera bajado del caballo luego de galopar a pelo por semanas y frunce la boca de tal manera que tengo la impresión de que quiere tocarse la punta de la nariz con sus labios.
Imagínense que toma clases de inglés pero ni siquiera sabe hablar bien el castellano. 
Y les digo sinceramente, todas éstas cosas me serían indiferentes si ella fuera un poquito más empática, si su actitud y disposición hacia el trabajo y los compañeros fuera diferente. ¡Carajo niña! ...¡que eres afortunada! porque hasta donde se, tienes a tu familia contigo, un hombre que te ama y que evidentemente no te ve como todos nosotros lo hacemos, dinero para gastar y salud para disfrutar la vida... Entonces no entiendo, ¿cuál es tu problema?

Ay, ésta Navidad le pediré al Viejito Pascuero kilos de paciencia y tolerancia...porque yo la pobreza intelectual la puedo comprender y hasta disculpar, pero la pobreza de espíritu, esa no.

Verde que te quiero verde...

Es que con éste clima nadie puede. Estamos en plena primavera, acercándonos muy rápido al verano y aquí parece que viviéramos en Brasil, porque un día tenemos lluvias torrenciales y al siguiente el sol brilla y nos rendimos frente a los 30 grados de calor que nos envía. Ya no sabemos qué ponernos, o qué quitarnos mejor dicho. Las mañanas son heladas, pero entre el mediodía y las cuatro de la tarde el calor puede ser agobiante, y ya cerca de las nueve de la noche comienza un frío que cala los huesos.  Tengo ganas de ir a trabajar con falda y sandalias, pero aún no me atrevo, porque se que en la tarde, cuando regrese a casa, necesitaré un par de panties para tolerar el viento, ese que me pone la piel de gallina (es lo que tiene trabajar tan cerca de la playa; es agradable para refrescarse, pero la brisa al atardecer es terrible). Hay gente que aún no se quita de encima los abrigos, y los tonos negros y grises tan típicos del invierno. Yo ya lo hice, hace un mes que reorganicé mi clóset, dejando obviamente algunas cositas más gruesas por si acaso... pero por fin aparecieron los rosados, naranjos, amarillos, calipsos y lilas, y cambié el esmalte oscuro de mis uñas por un verde pistacho que ha llamado la atención de quien se me ha cruzado por delante. ¡Es que si la primavera no viene a mi, yo voy a ella, eso está claro!


Es increíble el poder de los colores. Y en éste caso particularmente, es increíble lo que un tono de esmalte diferente puede hacer. Si hasta mujeres mayores me han hablado en la calle o el autobus para decirme lo originales y bonitas que le parecen mis manos, y para preguntar dónde me he hecho la manicure, jajaja... Incluso el viernes, un cliente (varón, para que no se diga luego que los hombres no son observadores) se devolvió a mi oficina justo en el momento en que iba saliendo y espetó: "¡Señorita Natalia, ese color en las uñas le queda fabuloso!"

Y para ser creativo u original no es necesario pintar un cuadro o escribir un poema. Y no por trabajar en una oficina vestiré de negro y  andaré cabizbaja. Por el contrario, cada día que pasa me convenzo más de que en ésta vida hay que hacer lo que uno quiere hacer y como uno quiere hacerlo. Nada de imposiciones. Mañana talvez me de por lo tradicional y me haga la manicure francesa. Cualquiera sea el caso, estoy cómoda y contenta,  y al final del día eso es lo que realmente importa.

*Foto mía

Algo es algo

Dicen por ahí que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre.  En mi caso, literalmente se ha encendido un micrófono. Así es, porque me han solicitado un TERCER ciclo de "Oh la lá" mi pequeño espacio radial. Estoy tan contenta de la recepción de los auditores, de los comentarios y críticas, las positivas, que corroboran que estamos haciendo un buen trabajo  y, "esas" otras, las que ayudan a mejorar y perfeccionarse. Además, ahora mi microprograma tiene auspiciador, lo que significa que pronto estaré recibiendo un dinerito por hacerlo. Mi motivación para trabajar en radio nunca ha sido el dinero, por el contrario, cuando comencé en ésto hace casi diez años atrás, teníamos con mis amigos una radioemisora "pirata" que debíamos autofinanciar, así que imagínense lo que ésto significaba para un grupo de universitarios idealistas y apasionados por su oficio. Si hasta trabajé de promotora de vinos en un supermercado para tener dinero y poder costearme los pasajes en autobús desde mi casa hasta nuestro centro de operaciones. 

...Ay... estoy contenta esta noche. Y esperanzada porque veo que mi futuro laboral se va encausando de forma lenta pero segura hacia donde yo quiero.  
Y también optimista, si. ¿Por qué no?
Las penas del corazón, en el corazón siguen. Pero la vida también, y esa no la voy a dejar de vivir, ¿verdad?