Y los demás disponen...
I PARTE
Es que últimamente mi vida es de locos... literalmente hablando. Hace tres semanas que vengo planificando arrancarme a la capital para ver a mis amigos y pasear por los lugares que me gustan. Un par de fiestas tampoco me habrían caído nada de mal...
Es que últimamente mi vida es de locos... literalmente hablando. Hace tres semanas que vengo planificando arrancarme a la capital para ver a mis amigos y pasear por los lugares que me gustan. Un par de fiestas tampoco me habrían caído nada de mal...
Tomé mi agenda y me organicé para quedarme mas o menos cinco días. En ese tiempo alcanzaba a hacer muchas cosas pendientes, e incluso un par de recados de mi madre. Pero como versa el título de ésta entrada...
En una primera instancia, me iba el 21 de Mayo...
Pero el día anterior y gracias a 3 cafés cortados que bebí en un reencuentro con una vieja amiga, me vino un alza de adrenalina la que detonó en una crisis de pánico horrible, y en vez de terminar en Santiago pasándolo de maravillas, acabé llorando en la consulta de la doctora al día siguiente.
Como me cambió los medicamentos y no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo (y mi mente), decidí quedarme en casa hasta que todo se tranquilizara; justamente ese día comenzó a llover en toda la zona central del país, así que no me molestó en absoluto quedarme cómoda en mi camita antes que andar de aquí para allá esquivando las pozas de agua.
Lo dejé para la semana siguiente...
Lamentablemente, se me acabó el poco dinero que me quedaba. El seguro médico tenía que pagarme las licencias por la baja laboral que me debían, casi dos meses completos de sueldo, asi que fui hasta la oficina del contador para enterarme de los detalles.
De ahí a la Caja de Compensación a retirar mi cheque... pero nada; no había dinero pues el hospital aún no autorizaba una de las licencias emitidas por la siquiatra.
Feliz de la vida, (Sí! Cómo no!) parto al hospital público: fila de media hora, bebés llorando escandalosamente, muchos virus en el aire y yo con la tendencia a agarrarme todos los bichos raros y evidentemente, cero paciencia. La mujer que me atiende me dice que el lunes siguiente estaría mi dinero y que lo podría retirar.... Todo por negligencia de ellos... No les parece suficiente que una ya esté enferma, como para más encima tener que pasar por todo esto!!!
No puedo ponerme a discutir con todo el mundo, así que resignada eché sólo un par de puteadas, y me volví a casa.
Ya estamos a Junio...
...y yo sigo en casa y sin dinero (y ahora justamente que tengo ganas de salir! qué irónica la vida!)
Llega el lunes y corro hasta la Caja de Compensación... por fin estaba mi platita!!!!
Feliz como lombriz y acompañada de mi madre (que se "supone" es la voz de mi prudencia y evita que caiga en la tentación de comprarme más zapatos...) me voy a pagar cuentas.
Y con presupuesto en mano programo mi escapada otra vez...
Me voy el miércoles 4 por la tarde, me quedo hasta el domingo (que vendría a ser hoy), varios días para andar despreocupada por la vida antes de volver al nuevo control de la doctora (Vamos! que le estoy haciendo caso y dejándome llevar... o al menos lo intento)
Pero una muy buena amiga mía anda por estos lados y decido juntarme con ella, hecho del cual no me quejo ni arrepiento en absoluto. Postergo mi viaje para el día siguiente, agregando más días pues hemos quedado con esta amiga, para ir al concierto de Joss Stone, el martes 10 (para más detalles, vea el post anterior a éste)
Pero sí o sí, a como de lugar, el sábado 7 he de estar en la capital. Es el cumple de Ju, quien ya saben es mi hermano del alma y planeamos hacer algo!
Aprovecho la seguridad de mi viaje y se lo cuento a mi amigo Matías, con quien hablo desde hace 4 años pero aún no nos conocemos en persona (de esto seguro hablaré en otra oportunidad, que es una de las tantas historias raras de mi vida) y quedamos de juntarnos ese mismo jueves que llego; por la noche.
En una primera instancia, me iba el 21 de Mayo...
Pero el día anterior y gracias a 3 cafés cortados que bebí en un reencuentro con una vieja amiga, me vino un alza de adrenalina la que detonó en una crisis de pánico horrible, y en vez de terminar en Santiago pasándolo de maravillas, acabé llorando en la consulta de la doctora al día siguiente.
Como me cambió los medicamentos y no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo (y mi mente), decidí quedarme en casa hasta que todo se tranquilizara; justamente ese día comenzó a llover en toda la zona central del país, así que no me molestó en absoluto quedarme cómoda en mi camita antes que andar de aquí para allá esquivando las pozas de agua.
Lo dejé para la semana siguiente...
Lamentablemente, se me acabó el poco dinero que me quedaba. El seguro médico tenía que pagarme las licencias por la baja laboral que me debían, casi dos meses completos de sueldo, asi que fui hasta la oficina del contador para enterarme de los detalles.
De ahí a la Caja de Compensación a retirar mi cheque... pero nada; no había dinero pues el hospital aún no autorizaba una de las licencias emitidas por la siquiatra.
Feliz de la vida, (Sí! Cómo no!) parto al hospital público: fila de media hora, bebés llorando escandalosamente, muchos virus en el aire y yo con la tendencia a agarrarme todos los bichos raros y evidentemente, cero paciencia. La mujer que me atiende me dice que el lunes siguiente estaría mi dinero y que lo podría retirar.... Todo por negligencia de ellos... No les parece suficiente que una ya esté enferma, como para más encima tener que pasar por todo esto!!!
No puedo ponerme a discutir con todo el mundo, así que resignada eché sólo un par de puteadas, y me volví a casa.
Ya estamos a Junio...
...y yo sigo en casa y sin dinero (y ahora justamente que tengo ganas de salir! qué irónica la vida!)
Llega el lunes y corro hasta la Caja de Compensación... por fin estaba mi platita!!!!
Feliz como lombriz y acompañada de mi madre (que se "supone" es la voz de mi prudencia y evita que caiga en la tentación de comprarme más zapatos...) me voy a pagar cuentas.
Y con presupuesto en mano programo mi escapada otra vez...
Me voy el miércoles 4 por la tarde, me quedo hasta el domingo (que vendría a ser hoy), varios días para andar despreocupada por la vida antes de volver al nuevo control de la doctora (Vamos! que le estoy haciendo caso y dejándome llevar... o al menos lo intento)
Pero una muy buena amiga mía anda por estos lados y decido juntarme con ella, hecho del cual no me quejo ni arrepiento en absoluto. Postergo mi viaje para el día siguiente, agregando más días pues hemos quedado con esta amiga, para ir al concierto de Joss Stone, el martes 10 (para más detalles, vea el post anterior a éste)
Pero sí o sí, a como de lugar, el sábado 7 he de estar en la capital. Es el cumple de Ju, quien ya saben es mi hermano del alma y planeamos hacer algo!
Aprovecho la seguridad de mi viaje y se lo cuento a mi amigo Matías, con quien hablo desde hace 4 años pero aún no nos conocemos en persona (de esto seguro hablaré en otra oportunidad, que es una de las tantas historias raras de mi vida) y quedamos de juntarnos ese mismo jueves que llego; por la noche.
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