Hoy me he levantado temprano. He ido hasta el banco, con la intención de arreglar mi paupérrima situación financiera y ponerme al día con las cuentas. Luego a cambiar el cheque de mi sueldo (maldición, me han descontado un porcentaje considerable debido a la licencia médica del mes pasado, menos mal que ésta nueva, por la depresión, no la descontarán, que sino, salgo para atrás y mejor me pego un tiro). Después, un paseíto por ahí y un rico almuerzo con mamá. Luego de shopping, pero tranquilas, que yo no he gastado un peso. Mi jefa se ha puesto generosa y ha decidido regalarnos a todas las funcionarias de su empresa un uniforme. Pero no cualquier cosa eh, no se crean que andaremos uniformadas como las tristes secretarias de la telefónica... No, que mi jefa es una dama fina y de mundo, y nos ha enviado a escoger trajes dos piezas de lanilla (que por acá ya llegó el otoño), muy chic, en colores muy sentadores y modelitos entallados y femeninos. Son dos pantalones, una chaqueta y dos blusas o sueters a elección. Ya les mostraré lo que yo escogí. Dios, qué ganas de comprar dan cuando la chequera no es de uno, verdad? Después, tenía que hacer la hora un rato pues me juntaría con mis amigas Irene y Patricia, así que entre que me daba vueltas por el centro comercial, zas! me metí en una peluquería y... jajaja, nada, que mis rizos no los corto ni con depresión... Sólo entré a mirar, y terminé haciéndome un masaje a las manos, la manicure francesa completita, incluso con un esmalte sellador que ponen al final del proceso y seca las uñas en un abrir y cerrar de ojos... (me quedaron preciosas!). En eso llegaron las chicas, ellas aún no habían almorzado así que yo sólo las acompañé..... Bueno, yo y mi vaso de jugo de chirimoya... es que con la clonazepam no puedo beber ni un sorbito de cerveza. Cháchara de más de dos horas, mucha risa y desahogo (qué bien hace rodearse con gente que te quiere). En eso llegó Carlos, la pareja de Irene y la pequeña Sofía, que está maravillosa y ya cumplió cinco meses (prometo más fotografías pronto). Y para finalizar la tarde, nos fuimos otra vez al centro comercial, pero ésta vez, a comprar el regalo para Pablito, el hijo de nuestra amiga Claudia, que llega al mundo mañana (es decir, para cuando ustedes lean esto, quizás ya habrá nacido) a las 08.30 horas en una césarea programada, que nos tiene a todas un poquitín ansiosas-nerviosas, pero sobre todo, super emocionadas... Se nos está agrandando la familia... Sólo falto yo... Bahhh, mejor ni pensar en eso, que tengo que ponerme bien y no seguir depresiva. He dicho. Hoy ha sido un buen día, mejor que ayer, pero estoy segura que mañana será espectacular.
Besitos esperanzadores a todos.
Ps. Lamento la pésima redacción, echémosle la culpa al ansiolítico. No por nada últimamente mi nombre es Nat Clonazepam.
Besitos esperanzadores a todos.
Ps. Lamento la pésima redacción, echémosle la culpa al ansiolítico. No por nada últimamente mi nombre es Nat Clonazepam.
0 Oh la lás por aquí:
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